Apóstol Santiago
La devoción al Apóstol patrón de España en nuestra ciudad, se ha de remontar, al menos a la Reconquista de la Villa de Huelva por Alfonso X, en 1262 y a la Orden de Caballería de Santiago, que tuvo un papel relevante en la reconquista de la sierra de Aracena y Picos de Aroche, así como en Ayamonte. A esta orden tradicionalmente se le atribuye la creación de la primera parroquia de la villa del Odiel, tras ser ganada a la cristiandad, que dedicarían al Señor Santiago de la Espada, el ícono de la aparición del Apóstol en la batalla de Clavijo guiando a las tropas de Ramiro I.
Esta parroquia, que debió existir como tal, pues en el siglo XVI se habla de su fábrica, terminaría denominándose de la Soledad, ligando de esta forma, como en tantas poblaciones del Reino de León y del Reino de Sevilla, a Santiago, Nuestra Señora de la Soledad y el Santo Entierro de Cristo. Y precisamente, la existencia de esta Ermita de Santiago fue el argumento para que en el siglo XVI, el caballero de Santiago y alcaide del castillo de Huelva, Don Pedro de Guzmán y Quesada, solicitara el patronazgo de la Ermita y de la cofradía de la Soledad.
Tras la resacralización de la Ermita de la Soledad en 1995, una imagen del Apóstol Santiago, comparte el altar mayor de la ermita como cotitular de la misma. La actual imagen fue donada por NHD Juan Gil Zamora y apadrinada por la Real Hermandad de Emigrantes de Ntra. Sra. del Rocío.
La obra de David Valenciano Larios representa al santo a lomos de un caballo de pelo tordo, apoyado en el tranco trasero y con la pata derecha delantera rampante y cuello girado hacia la derecha, sin montura, ni bocado, se presenta a horcajadas sobre el equino portando lábaro en su mano derecha. La cabeza, coronada por nimbo y girada a la diestra, el cuerpo erguido, vistiendo capa azul, túnica roja, coraza y sandalias doradas.