La procesión Magna Mariana con motivo del año Jubilar de la Esperanza celebrada el pasado sábado 20 de septiembre ha dejado huella en los corazones de todos los que hemos tenido la gracia de ser partícipes de la misma. Son muchos los momentos para el recuerdo, con distintos matices según el ángulo de cada cual, queremos compartir en estas líneas los más intensos que desde la Soledad hemos vivido.
Los traslados
Los previos a la magna dieron comienzo, el sábado 6 de septiembre, con el traslado de Ntra. Sra. de la Salud desde su parroquia de San Francisco, en el barrio de Pérez Cubillas hasta la ermita de la Soledad, a la que como Hermandad Madrina acompañamos todo el recogido hasta la ermita, como ya dimos cuenta en crónica anterior. Y continuaron, el 17 de septiembre, con el traslado de Ntra. Sra. de Montemayor, patrona de la ciudad de Moguer que fue portada en sus andas de romería desde la Parroquia Mayor de San Pedro de Huelva a la del Sagrado Corazón de Jesús. En este traslado la Hermandad Matriz tuvo la deferencia de desviar su itinerario hasta nuestra ermita, donde con el simpecado elevado al cielo, en honor a la patrona, se rezó una vibrante salve, tras la que se alzaron las voces para vitorear a la Reina de los Pinares.
La llegada de las imágenes de María Santísima de en su Soledad y Ntra. Sra. de las Angustias desde la querida ciudad de Ayamonte se vivió íntima e intensamente. La dolorosa del viernes santo fue recibida en la ermita de su mismo nombre en la tarde de dicha jornada, por nuestra Junta de Gobierno y Director Espiritual en la tarde del 17. Al día siguinete llegaría la patrona de Ayamonte siendo recibida igualmente por la Junta de Gobierno y Director Espiritual, cantando los fieles de ayamontinos su hermosa salve.
La jornada del viernes, visitas y misa de hermandad
La jornada del viernes 19 amaneció la ermita de la Soledad con las tres titulares que procesionarían al día siguiente entronizadas en sus pasos; Ntra. Sra. de la Salud, con su exquisito exorno floral ocupando el centro de la ermita enfrentada al altar mayor; Ntra. Sra. de las Angustias, patrona de Ayamonte, a la diestra de la nave y María Santísima en su Soledad ocupando la siniestra. En el altar mayor, sobre el entarimado de cultos, se presenta la Soledad de María Santísima y el Santísimo Cristo Yacente, dispuestos formando una Piedad, vestía de reina la dolorosa, con la corona de Jesús Domínguez, su manto bordado y prendida en la saya la medalla de la Hermandad de la Salud. Sobre la peana de besamanos, en el presbiterio, Ntra. Sra. de las Angustias, con manto negro y corona de salida.
Durante todo el día se vivieron intensos momentos y continuas visititas al templo. Entre las visitas de cortesía la de nuestro obispo, Mons. D. Santiago Gómez Sierra con quien compartimos rezo y que agradeció a las cuatro hermandades los esfuerzos para poder llevar a cabo tan magna procesión. También la visitaron la ermita de una delegación del Excmo. Ayuntamiento de Ayamonte, Hermano Mayor Honorario, desde 1960, de nuestra Hermandad, encabezada por su alcalde, el Ilmo. Sr. D. Alberto Fernández; delegación del a Excma. Diputación de Huelva, encabezada por su Presidente Ilmo. Sr. D. David Toscano; el Sr. Secretario General de Innovación Cultural y Museos, D. José Ángel Vélez; el Sr. Delegado del Gobierno de la Junta de Andalucía en Huelva, D. José Manuel Correa; la Sra. Delegada Territorial de Turismo Cultura y Deporte en Huelva, Dña. Teresa Herrera; la Sra. Concejala Delegada de Infraestructuras y Servicios Públicos, Dña. María Dolores Ponce; y la Sra. Concejala Delegada de Deportes, Salud y Consumo, Dña. Mª de la O Rubio.
Tras la eucaristía oficiada por nuestro párroco y director espiritual, M.I. Sr.D. Francisco José Feria Reviriego, nuestra Hermana Mayor hizo entrega a los hermanos mayores de la Hermandad de la Salud, la Hermandad de la Soledad de Ayamonte, y presidente de la Hermandad de las Angustias de Ayamonte, de una presea que contiene un lienzo de Soledad de María y que fueron prendidas en las prendas de las tres dolorosas para que la que la lucieron en la procesión magna, como afectuoso signo de hermandad. A su vez, las hermandades de Ayamonte quisieron agradecer su estancia en la Ermita de la Soledad con un bello reconocimiento.
Jornada del sábado, visitas y procesión
Continuaron las visitas desde las diez de la mañana del sábado hasta pasada las dos cuando se cerró el templo para prepararse para la tarde, entre las visitas destacar una amplia representación del Excmo. Ayuntamiento de Huelva, encabezada por su alcaldesa Ilma. Sra. Dña. Pilar Miranda.
Rondando las cinco de la tarde, la primera de las hermandades que procesionarían por las inmediaciones de la Ermita de la Soledad llegaba a la misma. La Hermandad de Los Mutilados, que durante tantos años pasó por estas calles, tuvo el hermoso gesto de volver completamente el paso de palio de Ntra. Sra. de la Paz a la representación de nuestra hermandad que aguardaba, con las puertas abiertas de par en par para realizar ofrenda floral.
Tras el paso de la Ntra. Sra. de la Paz se produciría la primera de las salidas profesionales desde la ermita: la de la Virgen de la Salud de Huelva. Levantó por primera vez el palio por el Hno. Mayor de la Hdad, del Amor de Lepe. Tras esta primera “levantá”, el paso reviró hasta el dintel de la soledad, a los sones de “Solea dame la mano”, teniendo el honor de tocar el martillo que levantara para que saliera a las calles de Huelva, nuestra hermana mayor.
Pasados pocos minutos se presentaba ante la puerta de plaza de la Soledad la Hermandad de la Cena, siendo recibida por una representación del Santo Entierro, que realizó ofrenda floral a María Santísima del Rosario, cuyo paso fue arriado ante la misma. A continuación, se repitió la escena con María Santísima de la Victoria que llegó a los sones de la marcha La Virgen de las Angustias de David Hurtado y que llevaba prendido al manto la medalla de la Hermandad del Santo Entierro que recibiera por motivo de su coronación canónica. Desde el porche la Virgen de la Victoria fue recibida con sevillanas.
A las siete de la tarde le tocaba el turno de salida a María Santísima en su Soledad, que fue despedida por la Junta del Gobierno del Santo Entierro, que contemplaba desde el interior de la ermita la elegancia del andar del palio de San Francisco. Tan solo quince minutos después era Ntra. Sra. de las Angustias, patrona de la Ciudad de Ayamonte, la que iniciaba su caminar por las calles de Huelva, siendo acompañada hasta nuestra parroquia por una representación de nuestra Hermandad, que una vez retira del cortejo pudo contemplar el hermoso y emocionante encuentro entre las patronas de Huelva y Ayamonte, en el porche de parroquial, donde, como testigo, se asomaba desde su azulejo la Soledad de María.
Pasada las diez y media de la noche la Virgen del Refugio se presentaba ante las puertas “del Refugio", donde nuevamente una representación de nuestra Hermandad aguardaba el encuentro con la titular de la Hermandad Sacramental de San Pedro para realizar ofrenda floral. Con las emocionadas palabras de NHD Alfonso Garrido Ávila, la virgen del Refugio fue levantada al cielo, por su antiguo capataz quien recordaría a Soledad de María de la que fue capataz antes que de la titular pasionista.
Rondaban las once de la noche de cuando por el “callejón del agua”, a los sones de La Madrugá se asomaba la Virgen del Valle, a la que esperaba representación de Hermandad para hacer ofrenda floral. La patrona de la Palma del Condado nos regaló su presencia enmarcándose en el mismo dintel de la “puerta de las Angustias”, mientras en el interior de la ermita sus campanilleros entonaban un tradicional canto que nos transportaba a la ciudad el vino.
La jornada tocó a su fin con la solemnidad de las recogidas de la María Santísima en su Soledad, y Nuestra Señora de las Angustias que ponían broche de oro a una jornada histórica.
La despedida
Con la misma intimidad con que llegaron hasta la Ermita de la Soledad, fueron despedidas, en la tarde del domingo, para su regreso a Ayamonte, Nuestra Señora de las Angustias, con el suave canto de su salve y María Santísima en su Soledad, entre el susurro de un rezo, hermanando por siempre a los que en el Guadiana y en el Odiel rezamos a las mismas advocaciones.
Crónica de la Procesión Magna